A veces las publicaciones que se realizan están basadas en hechos, aquellas cosas tan curiosas que nos pasan, y que nos hacen sentir únicos en el mundo. En esa gama, podría narrar hoy que hace un par de semanas le di un cabezazo a un semáforo que me mandó al hospital y me tuvo en cama... Pero ese y ningún otro hecho importan tanto como el hecho que te extraño.
Otras veces se publica sobre sentimientos, positivos y negativos, alegrías o tristezas, encuentros y despedidas, y esta probablemente sea una de esas entradas, en las que uno escribe que gracias a Dios se tuvo la experiencia, se vivió el momento y se hizo lo que se hizo, pero que porque esta vida es una ruleta esa realidad cambió y aunque ya se sabía que iba a cambiar, ese cambio duele y duele profundo, con ese dolor sordo que no se siente pero no se olvida, con ese dolor frío que no se siente, pero lastima.
Esta seguramente es una de esas entradas en las que uno publica que todo lo que pasó se recordará con alegría, que se guardará en el corazón y que será uno de los tesoros más preciados... Pero que ese mismo recuerdo es lo que alimenta la melancolía y que seguramente esta es la parte de la vida en la que uno se hace fuerte, porque para mantener la alegría del recuerdo se tiene que cargar con la cruz de la tristeza de recordar y recordar sólo por deporte, porque por mucho que se recuerde, no se puede volver a vivir.
Esta es una entrada de esas que se publican cuando hubo un encuentro, pero que se publican precisamente porque hubo una despedida.
Esta es una entrada que publico en honor a vos, porque te extraño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario