lunes, 20 de octubre de 2008

A la espera

Tontamente a la espera de un mensaje que no va a llegar, una llamada que no voy a recibir, una visita que nunca va a venir, un corazón que siempre va a latir, pero nunca por mí.

Confesión

No sé cómo empezar esto, pero sé muy bien lo que quiero decir. Me gustaría que fuera lo más poético que haya hecho alguna vez, pero no creo que pueda.

Tal vez sólo vaya a confesar que hoy derramé una lágrima por vos y me encantó.

jueves, 2 de octubre de 2008

Hoy no tengo ganas de escribir

Hoy no tengo ganas de escribir, pero lo encuentro necesario... No para que venga alguien a reconocer un talento que a lo mejor no tenga, ni para impresionar a nadie por las cosas que pueda decir, es necesario, simplemente porque quiero leerlo yo, a lo mejor dentro de algunos días, meses, años o nunca... pero quiero tener la opción.

No tengo ganas de escribir porque no hay nada impresionante, sólo lo ordinario. Increible, no hay nada impresionante... lo peor es que tal vez si, pero no sé. "El perro sabe, pero no sabe que sabe" y hoy yo estoy como el perro, o tal vez peor porque no estoy seguro de saber, pero si sé.

Lo lindo de tener un "blog" (que hasta el día de hoy no sé qué significa esa palabra) es que puedo escribir lo que quiera y hoy quiero escribir que no tengo ganas de escribir. Lo mejor de todo es que nadie está obligado a leerlo, pero si lo está leyendo, que le haga ganas. Yo no lo escribí para que otro lo leyera, lo escribí para leerlo yo. Y por eso me estoy esmerando mucho, porque no tengo ganas de escribir, pero sé que si voy a leerlo después, vale la pena que lo haga bien, porque me merezco una lectura amena.

Las razones son muchas o tal vez pocas, pero para mi son suficientes. Así para alguien más las razones parezcan poca cosa, para mí no lo son... son suficientes, son necesarias, son valederas, son y ya.

Hoy no tengo ganas de escribir pero se va tiñendo el lienzo con letras y pareciera que mi afirmación es una mentira, pero es cierta. Pancho, hoy no quiero escribir... Que se acaben las letras para ya no plasmarlas, porque si sigo jugando con ellas, probablemente nunca termine de decirles por qué no quiero verlas conmigo, ni estar con ellas...

A la gran, es que en serio, no quiero escribir. Pero no tengo con quien hablar. Y mientras uno no pueda hablar, cualquier forma de expresión es buena. Incluso escribir, aunque uno no tenga ganas. Porque ese es el precio de la soledad cuando uno ya se hartó de hablar consigo mismo, porque desgraciadamente, por más que uno hable y hable, se explique y explique, comente y comente, exponga y exponga, no se puede impresionar, convencer, animar o consolar.

Claro, no es fácil. Estoy seguro que si alguien lee esta "entrada" se va a sentir ofendido porque ha de pensar que "siempre puedo contar con él para hablar" pero a lo mejor no quiero hablar ya, sino que me hablen, y cuando me hablen, interrumpir de vez en cuando para decir algo bonito. O peor aún, no quiero ni hablar ni que me hablen, sino que estén conmigo, en silencio, sin hablar, ni escribir, ni leer; sólo estando, así como está uno cuando está. Sentirme así como se siente uno cuando están.

A veces es necesario hablar con alguien, aunque uno sepa que lo que le dicen es mentira. A veces es necesario estar con alguien, aunque uno sepa que no se van a quedar. Lo importante es fomentar esa cultura de estar, que como diría la canción, no es lo mismo que quedarse...

No sé si esté siendo justo porque me rodea gran cantidad de gente buena. Tengo amigos muy buenos, ya no me atrevo a decir que mejores. Tengo enemigos muy cobardes, que no se animan a mostrar su rostro pero que andan por ahí y a veces me convencen y me ganan la batalla. Tengo mucho y muy bueno, lo malo es que no sé si las cosas que tengo responden a lo que soy ¿amigo muy bueno? ¿enemigo cobarde? ¿mucho? ¿muy bueno?

Así que es bueno que lo sepás Pancho, tenés que pagar todo lo que tenés ¿lo estás pagando? En la vida nada se merece, todo se conquista ¿lo estás conquistando?; es bueno que lo sepás Pancho, hoy no tenes ganas de escribir porque estás cumpliendo una misión que no era la tuya.

Pero ánimo Pancho... En serio, ánimo!!! La misión tal vez no era la tuya, pero la cumpliste y era buena. Parate un ratito nada más y mirá hacia atrás y vas a ver que como palomillas se chocan en tus lentes las sonrisas de la gente y nunca te ha hecho falta un abrazo en ningún momento. La gente está presente, es buena, es gente.

Pancho, está bueno que no tengas ganas de escribir, está bien, a todos nos pasa. Pero lo importante es que nunca te canses de luchar. A veces la lucha se hace solo, pero siempre hay gente luchando por la misma causa, eso ayuda, anima, promueve y corrige.

Ánimo Pancho. El camino se puede poner duro a veces, pero vos sabes, que nunca vas solo.